jueves, 31 de octubre de 2019

No te desanimes. Hay esperanza: Cristo.

No pierdas el corazón, el alma, no te aflijas, no pronuncies un juicio decisivo sobre ti mismo sobre una multitud de pecados, no abras fuego sobre ti mismo, no digas: el Señor me ha echado de su vista.

Tales palabras no son agradables a Dios. "¿Puede alguien que ha caído no puede levantarse?" ¿Puede alguien que se ha alejado no puede volverse? "¿O no oyes cuál es la gracia del Padre para el pródigo?"

No se avergüence de volverse, pero diga con valentía: ¡habiendo resucitado, voy a mi Padre! Levántate y vete.

Él te aceptará y no lo reprochará, sino que se alegrará de tu regreso. El te esta esperando; simplemente no te avergüences y no te escondas de la persona de Dios, como Adán.

Cristo crucificado por tu bien, ¿y te rechazará? - Él sabe quién nos oprime; Él sabe que no tenemos otro ayudante que no sea el suyo.

Cristo sabe que el hombre es pobre. Pero no se entregue a la negligencia ni a la negligencia, como si estuviera preparado para el fuego. Cristo no es consolado para arrojarnos al fuego; no es una adquisición para que Él nos envíe al abismo para ser atormentado.

Imita al hijo pródigo: deja la ciudad muriendo de hambre. Ven y suplica, y verás la gloria de Dios. Tu rostro se iluminará y te regocijarás en un paraíso de dulzura. ¡Gloria al Dios-Hombre-Amante que nos salva!

/ S. Efraín el sirio /

No hay comentarios:

Publicar un comentario