Emuná y Bitajón


Emuná se traduce comúnmente como fe y creencia. 

Emuná es la forma femenina de Emet, que significa verdad. 
Es decir, alguien con emuná es una persona que no se aparta de la senda de la verdad.  
El emuná no se basa en sentimientos, en pensamientos vagos, en absurdos irracionales.

 “fe” (mejor llamada convicción o certeza) no requiere de ceguera, sino por el contario de una claridad intensa de los sentidos, de una búsqueda poderosa de explicaciones.

Bitajón es la casusalidad y Emuna es la racionalidad. 
Bitajón se asocia directamente con seguridad, con garantías, con la confianza ya no sólo en la existencia de Dios, sino en Su Presencia y Su atención permanente en Su creación. Quien confía en el Eterno, no solamente concibe que existe, sino que además está interesado en todo lo que acontece y nada queda por fuera de Su control y Juicio. 

El salmista lo dice con claridad, su bitajón está puesta en el Eterno. Quien tiene bitajón no teme, no se angustia, no se deja vencer por las emociones negativas. 
Quien tiene bitajón, necesariamente debe tener emuná. Pero quien tiene emuná no tiene por que tener bitajón.


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