El reino visigodo de Toledo fue fundado tras la derrota de los visigodos en la batalla de Vouillé (507) a manos de los francos, lo que los obligó a replegarse a Hispania —de la Galia sólo conservaron el extremo occidental de la Narbonense, conocido como Septimania, poniendo fin así al Reino visigodo de Tolosa—. La nueva capital la situaron en Toledo y aunque no se tiene constancia del momento exacto, se cree que fue durante el reinado de Atanagildo (555-567).1234 La conversión del rey Recaredo en el 589 al catolicismo, abandonando la fe cristiana arriana, divide su historia en dos grandes períodos, con el reinado de Recaredo (586-601) como nexo: el reino visigodo arriano (507-589) y el reino visigodo católico (589-711).
A principios del año 587 A Recaredo, ya le había dicho su padre que se convirtiera al catolicismo para mantener unido al pueblo al pueblo visigodo y al hispano romano ya los católicos estaban dispuestos a entrar en guerra contra los visigodos, Recadero se hizo bautizar en secreto. Desde entonces intentó convencer a los obispos arrianos de que aceptaran la doctrina trinitaria, celebrando tres reuniones: una con los obispos arrianos, a los que animó a reunirse con obispos católicos para discutir los problemas teológicos y determinar cuál era la verdadera fe; una reunión conjunta de obispos católicos y arrianos, con fuertes polémicas entre ambos bandos, y con un Recaredo presionando a favor de los católicos; y finalmente, no habiendo logrado convencer a los arrianos, una reunión con los obispos católicos a los que comunicó que ya había realizado su opción por el catolicismo. Al comunicarles a los obispos católicos su fe, estaban presentes muchos nobles visigodos y al parecer lo siguieron, y hacia la primavera y el verano del 587 las iglesias arrianas fueron expropiadas y entregadas a los católicos., no se sabe si fue presionado por la Roma Catolica o no, pero si no lo hace Recadero terminara haciendo lo Roma. pero es que Recaredo ordenó la quema de todos los libros y textos arrianos, excluyó a los arrianos de cualquier cargo público y suprimió la organización de la Iglesia arriana, que desapareció en pocos años. Algunos godos fueron obligados a convertirse al catolicismo.
De todos es sabido que presionaron a los visigodos y forzarles la conversión al catolicismo ante el miedo de los católicos del auge del imperio Bizantino y que la peninsula Iberica quedara en manos del imperio bizantino (ortodoxos).
Persecución de los judíos en la Hispania visigoda
La persecución de los judíos en la Hispania visigoda se produjo en el Reino visigodo de Toledo tras la conversión del rey Recaredo al catolicismo, abandonando así su fe cristiana arriana anterior. A partir de ese momento los reyes visigodos y la Iglesia católica, que ejerció una enorme influencia sobre ellos a través de los Concilios de Toledo, fueron acentuando su antijudaísmo cristiano y desplegando una serie de medidas contra los judíos y su fe, que han sido calificadas como «vejatorias»1 y «salvajes».2 Como ha destacado el historiador británico Edward Arthur Thompson la terrible persecución que sufrieron los judíos en Hispania «no tiene parangón en los otros reinos católicos de la época. Entre los francos y bizantinos no se dio nada parecido a una política de exterminación continua, sistemática y de ámbito nacional».3 Por su parte, el también británico Roger Collins afirma: «El trato dispensado a los judíos tanto por parte del poder secular como de la Iglesia en el reino visigodo es el rasgo más negativo de su historia».4 Por último, el hispanista francés Joseph Pérez destaca el paralelismo que existe entre la persecución de los judíos en la Hispania visigoda y la que se produjo casi mil años después durante el reinado de los Reyes Católicos y que condujo a la expulsión de los judíos de 1492.
Los reyes visigodos no trataron de imponer su fe cristiana arriana a sus súbditos hispanorromanos —y galorromanos de la Narbonense—, sino que respetaron el cristianismo católico que profesaban la mayoría de ellos e interfirieron muy poco en las actividades de su Iglesia. En 506 permitieron la celebración en la Galia del Concilio de Agda y en Hispania el II Concilio de Toledo, en 507, al que siguieron otros concilios provinciales —«en Agda, los obispos... hicieron constar en las actas de la reunión que se habían reunido con autorización del rey Alarico y pedían a Dios por su reino y por que le fuera concedida larga vida. En el II Concilio de Toledo daban gracias a Amalarico y pedían a Dios que el rey pudiera garantizar su libertad a lo largo de todo su reinado»—. Así los reyes visigodos arrianos mostraron una notable tolerancia hacia los católicos y su iglesia, lo que contrastará, según E.A. Thompson, con la actitud «mostrada más tarde por los reyes católicos en relación con los arrianos».5
¿Tolerancia hacia los judíos?
Algunos historiadores sostienen que las leyes antijudías no fueron aplicadas con rigor por lo que consideran que durante el reino visigodo arriano hubo tolerancia hacia los judíos —alguno llega incluso a hablar de filosemitismo entre los cristianos arrianos—. Una de las pruebas que suelen aportar es que el papa elogió la decisión del Recaredo, el primer rey visigodo católico, de rechazar una importante suma de dinero de los judíos para que no se aplicaran las leyes antijudías, lo que indicaría que esa práctica se había dado durante el período arriano.10 E. A. Thompson afirma que «el rey tenía interés en evitar el proselitismo por parte de los judíos… pero en cuestiones religiosas les dejó, en general, vivir en paz. Su actitud mostraba una liberalidad sorprendente en comparación con la que mostrarían algunos de los reyes católicos del siglo VII. Los documentos que poseemos sugieren que esta tolerancia estaba extendida a la población goda en general». Los obispos católicos, en cambio, prohibieron a sus sacerdotes y a sus fieles que comieran en compañía de judíos y a los conversos no los bautizaban inmediatamente sino que debían permanecer como catecúmenos durante ocho meses.11
Joseph Pérez afirma incluso que «la situación de los judíos de España mejoró» ya que «la Iglesia católica, que consideraba el arrianismo como una herejía, perdió mucha de su influencia con la llegada al poder de los visigodos. Los judíos se beneficiaron de aquella circunstancia y gozaron nuevamente de una existencia legal. Algunas medidas que venían de época romana subsistieron, pero parece que no tuvieron ya mucha vigencia. [...] La situación cambió con la conversión del rey Recaredo al catolicismo».12
Otros historiadores, por el contrario, califican la supuesta tolerancia como un tópico que las leyes antijudías del Breviarium desmienten. Según Raúl González Salinero, «es muy posible que el posterior endurecimiento de las medidas antijudías en época católica haya podido contribuir, por contraste, a la aparición de una visión mucho más indulgente del trato a los judíos en época arriana. […] Lo cierto es que Alarico II sintió la necesidad de recuperar las leyes que de manera más oportuna sirvieran para salvaguardar (defender) la doctrina cristiana de la perfidia judaica. Así pues, la verdadera diferencia entre ambas épocas estribaría fundamentalmente en el desarrollo de un mayor grado de represión dentro de una misma línea ideológica de sentido claramente antijudío».13
Referencias
- ↑ Isidoro de Sevilla, Historia de regibus Gothorum, Vandalorum et Suevorum, cap. 54.
- ↑ Strategies of Distinction: Construction of Ethnic Communities, 300-800 (Transformation of the Roman World) by Walter Pohl, ISBN 90-04-10846-7 (p.119-120: dress and funerary customs cease to be distinguishing features in 570/580)
- ↑ Ann Christys, Christians in Al-Andalus, 711-1000, page 37 (Curzon Press, 2002). ISBN 0-7007-1564-9
Bibliografías
- Collins, Roger (1986) [1983]. España en la Alta Edad Media 400-1000 [Early Medieval Spain. Unity and diversity, 400-1000]. Barcelona: Crítica. ISBN 84-7423-282-1.
- González Salinero, Raúl (2007). «Un antecedente: la persecución contra los judíos en el Reino visigodo». En Gonzalo Álvarez Chillida y Ricardo Izquierdo Benito, ed. El antisemitismo en España. Cuenca: Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. ISBN 978-84-8427-471-1.
- González Salinero, Raúl (2012). «Una élite indeseable: los potentiores judíos de la España visigoda». En Jorge Sánchez-Lafuente Pérez y José Luis Avello Álvarez, ed. El mundo judío en la Península Ibérica: sociedad y economía. Cuenca: Alderabán. pp. 5-17. ISBN 978-84-95414-94-6.
- Loring, Mª Isabel; Pérez, Dionisio; Fuentes, Pablo (2007). La Hispania tardorromana y visigoda. Siglos V-VIII. Madrid: Síntesis. ISBN 978-84-975652-0-2.
- Pérez, Joseph (2009) [2005]. Los judíos en España. Madrid: Marcial Pons. ISBN 84-96467-03-1.
- Sayas Abengochea, Juan José (2001). Historia Antigua de España II. De la Antigüedad tardía al ocaso visigodo. Madrid: UNED. ISBN 84-362-4398-6.
- Thompson, E. A. (2011) [1969]. Los godos en España. Madrid: Alianza Editorial. ISBN 978-84-206-6169-8.
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