Sagrado corazón de Jesús y de María

EL SAGRADO CORAZON DE JESUS Y MARIA HEREJIA NESTORIANA


"La devoción al Sagrado Corazon de Jesus y Maria  viola uno principio central del Concilio de Éfeso (celbrado el 22 de junio al 16 de julio del año 431 D.C), en que la devoción debería ser dada a la devoción de Cristo, y no a una de sus naturalezas, o partes de su cuerpo. Así, fragmentando la totalidad del Hijo de Dios, desarrollan la tendencia herética Nestorianista."

¿De donde viene, el Sagrado corazón de Jesús y de María?

En 1767 Carlos III expulso a los Jesuitas de todos los dominios españoles, estos regulares animaron a los padecimientos de su éxodo con tonadillas satíricas e irónicos villancicos al tiempo que alimentaban sus devociones más polémicas, como las del Sagrado corazón de Jesús y María.
En España fueron los fanáticos Jesuitas los que introdujeron esta devoción de procedencia francesa se difundio gracias San Juan de Eudes despues que Santa  María Margarita Alacoque "profetisa jesuitica" afirmara a ver tenido tres visiones de cristo, durante las cuales recibió el encargo de extender la devoción al sagrado corazón y de lograr imponer una fiesta en su honor. El padre Cardaveraz y posteriormente el padre Hoyos se encargaron de propagar el culto por nuestro país.
La devoción al sagrado Corazón tuvo muchos detractores entre ellos el inquisidor Dominicano que impidió edición libros sobre el tema. Y también en el SXVIII fue el abogado italiano Camilo Blasi. Que tuvo el poyo del agustino Christolimo Armeristo, cuyo seudonimo el padre Giorgi escribio un libro de dos tomos en defensa de Camilo Blasi y sus teorías contra el Sagrado corazón.


El papa Clemente XIV cerro el Instituto Jesuita de San Ignacio, y les dio un ultimatun de seguir con el tema del "Sagrado Corazon" de abolir y suprimir  la Compañía de Jesús. Los jesuitas que siguieron con el tema fueron fueron expulsados y siguieron escribiendo en el exilio que mas tarde recogerían los jesuitas sus escritos. Los obstinados Jesuitas fueron introduciendo mediante los retiros espirituales de San Ignacio. Hasta que años mas tarde tuvieron a la Iglesia a su favor y lo difundieron.  

Una monja católica romana, María Margarita Alacoque (que murió en 1690), supuestamente tuvo una visión de Jesucristo que le mostraba su corazón, ardiente de amor, y le pidió que extendiera su devoción. Las revelaciones que recibió fueron impresas por primera vez en un relato sobre su vida, del obispo jesuita Lanje, y causaron tal escándalo que la edición fue destruida. A causa de que estas “revelaciones” estuvieran tan expuestas al ojo público, fueron condenadas por el papa Cemente en 1772. No obstante, este culto continuó existiendo bajo los auspicios de los jesuitas, y finalmente en la corriente principal de la vida religiosa católica (Pastoral Theology, Part II, Archimandrita Constantino, Jordanville, 1961, p. 16). 

Las imágenes del sagrado corazón y las devociones se convirtieron en una parte importante de la espiritualidad católica, y los papas han añadido su respaldo en encíclicas, otorgando indulgencias por la observación de esta devoción. Para no ser menos, otros grupos, reclamando haber visto apariciones de María, propusieron la idea de la devoción al “Inmaculado Corazón de María”. 

El corazón de María a veces era representado junto al motivo del sagrado corazón de Jesús: un dibujo con dos corazones… y después, el dolorido corazón de María, con cinco o siete espadas atravesándolo, se hizo extremadamente popular… Sería difícil acusar al catolicismo romano de negar la divinidad de Cristo, a pesar de que se han separado de la totalidad de Cristo, enfatizando su naturaleza humana como una devoción separada, a veces de forma crudamente biológica. Esto viola un principio central de los Concilios, que la devoción debería ser dada a la devoción de Cristo, y no a una de sus naturalezas, o partes de su cuerpo. Así, fragmentando la totalidad del Hijo de Dios, desarrollan la tendencia nestorianista. 

Las partes del cuerpo de Cristo no deberían ser objetos de adoración como partes aisladas, y no se deberían representar pictográficamente (es decir, un corazón ardiente, o un corazón coronado con espinas que lo rodea) (De Comparative Religion, “Catolicismo Romano: algunas prácticas devocionales”, por el padre George Mitchell). Mencionamos estas devociones para ilustrar el abismo que se cierne entre la espiritualidad ortodoxa y la católica romana.

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