JANUCA


JESUCRISTO CELEBRO JANUCA Y NUNCA NAVIDAD
Casi doscientos años después de la re-dedicación del Templo, cerca del lugar donde ocurrieron estos acontecimientos, Jesús de Nazaret, visitó Jerusaléndurante la fiesta de la Dedicación. Estaba caminando en el mismo templo, cerca del lugar donde ocurrieron estos eventos. Algunos Judíos vinieron a Él, queriendo saber si Él realmente era el Cristo, el Mesías: “

Lo rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.” (Juan 10:24)

¿Era Jesús para los Judíos de su tiempo lo que Judas Macabeo había sido una generación anterior? ¿Iba Jesús se levantar contra el poder opresor pagano y ser el verdadero cumplimiento de la expectativa de Israel, restablecimiento de la monarquía davídica en Jerusalén y gobernando allí para siempre?

Aunque Jesús era el Mesías prometido de Israel, Él no proveería la liberación de los romanos, sino que proporcionaría la liberación del pecado y de la muerte por medio de Su muerte y resurrección (Romanos 5:6-11, Romanos 8:1-3). Jesús no estableció un trono en Jerusalén en ese momento, pero a partir de Jerusalén su Señorío y reino fue proclamado, y el mensaje se extendiera a todas las naciones a través de todos los tiempos:

“Pero recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” (Hechos 1:8)

La Fiesta de la Dedicación fue de gran importancia para los israelitas de la época de Jesús. Era la historia de la liberación de la opresión y la dedicación a Dios, como Jesús es nuestro Libertador de la opresión del pecado.

El Templo de Jerusalén ya no está, sin embargo, el corazón de cada creyente verdadero en Jesucristo, el Mesías y Salvador es el templo donde está el Espíritu de Dios y habita en la actualidad. Con demasiada frecuencia, los creyentes colocan en peligro la limpieza de este templo, al permitir la idolatría y las prácticas paganas en sus vidas. De ahí la exhortación intemporal de la Escritura: “ Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas basadas en las tradiciones de los hombres, conforme a los elementos del mundo, y no según Cristo.” (Colosenses 2:8)

Como muchos celebran esta temporada, recordemos que la Menorah de Janucá es tradicionalmente iluminada por una vela especial llamada él shammash. Shammash en hebreo es la palabra “siervo”. En la vela shammash, podemos ver un símbolo de nuestro Mesías Yeshua, como el Evangelio de Mateo dice: “El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” (Mateo 20:28)

El shammash sirve a las otras velas por llevar la luz a los mismos. En el Nuevo Testamento, Jesús se refiere con frecuencia como “la Luz”, y Jesús mismo dijo una vez: “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” (Juan 8:12)

Así como el shammash da luz a las otras velas, Jesús vino a dar al mundo Su luz. El milagro que se celebra durante esta época del año muestra cómo Dios queda Su luz encendida en los corazones de su pueblo, incluso cuando enfrentan a lo que parecen ser obstáculos o situaciones imposibles. Con Dios, todas las cosas son posibles y su luz nunca fallará, o extinguirá.

Que seas bendecido en esta temporada y durante todo el año, y que mantengas la vista fija en Jesús, el don más precioso que la humanidad jamás haya recibido.


“Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!
>> Janucá (hebreo: חֲנֻכָּה y sin puntuación diacrítica חנוכה),1​ también conocida como la Fiesta de las Luces o Luminarias, es una festividad judía fiesta Judio cristiana que conmemora la rededicación del Segundo Templo de Jerusalén y la rebelión de los macabeos contra el Imperio seléucida. Celebrada durante ocho días, la festividad de la Janucá data desde la época de la hegemonía helénica en Israel, que comienza con las conquistas de Alejandro Magno el año 332 a. C., quien a su paso liberó al pueblo judío de la opresión de Persia, quedando Israel como reino-estado independiente.

La tradición judía habla de un milagro, en el que pudo encenderse el candelabro del Templo durante ocho días consecutivos con una exigua cantidad de aceite, que alcanzaba sólo para uno. Esto dio origen a la principal costumbre de la festividad, que es la de encender, en forma progresiva, un candelabro de nueve brazos llamado januquiá (uno por cada uno de los días más un brazo «piloto»).
Janucá 2019. De la tarde del:
domingo, 22 de diciembre
Hasta la tarde del:
lunes, 30 de diciembre

Algunos académicos modernos opinan que el rey estaba interviniendo en una guerra civil interna entre los judíos tradicionalistas y los judíos helenistas en Jerusalén.14​15​16​17​
Estas facciones competían violentamente por el cargo de Sumo Sacerdote, donde los tradicionalistas, quienes portaban nombres hebreos/arameos como Onias, se enfrentaban a sacerdotes con nombres helenistas, como Jasón y Menelao.18​ En particular, las reformas helenistas de Jasón podrían haber sido un factor decisivo que llevaron al eventual conflicto entre las facciones.19​ Otros autores señalan posibles factores socioeconómicos, que se sumarían a los factores religiosos detrás de la guerra civil.
Lo que en muchos aspectos comenzó como una guerra civil, escaló cuando el Reino Helenista de Siria se alió con la facción helenista judía en su conflicto contra los tradicionalistas.21​ Cuando el conflicto escaló, Antíoco se puso del lado de los helenistas prohibiendo las prácticas religiosas que los tradicionalistas promovían. Esto podría explicar por qué el rey, en contra de la práctica seléucida registrada en otros lugares y momentos, prohibió la religión tradicional.

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