martes, 30 de abril de 2019

Interpretación ortodoxa del pasaje: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia»

Petros
Cuando el Señor y Sus Discípulos llegaban “en la región de Cesarea de Filipo” (Mt 16,13), según san Mateo, preguntó a los Apóstoles a responderle qué opinión tenían los hombres sobre Él. “Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas” (Mt 16,14). “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” (Mt 16,15), volvió a preguntarlos el Señor. Entonces en esta pregunta respondió el Apóstol Pedro y dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mt 16, 16). Entonces el Señor por esta respuesta se alegró y girando hacia la parte de éste, dijo: “Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo apocaliptó=reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Πέτρο (petro) Pedro, y sobre esta «πέτρα petra piedra» (roca) edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mt 16,17-18).

De los logos anteriores se ve claramente que el apóstol Pedro habló en nombre de todos los Discípulos y a causa de esta iniciativa y otras similares es calificado por los santos Padres como “el notable de los Apóstoles”, “exarca”, “líder” etc.

El que con la palabra «πέτρα petra piedra» el Señor daba a entender la confesión de Su deidad, se hace claro también por el género femenino de esta palabra. Es decir el Señor no dijo “en ti « Πέτρο (petro)Piedro» edificaré mi Iglesia”,  sino en esta «πέτρα petra piedra» que antes has confesado sobre mi deidad se edificará la Iglesia y por esta razón será inquebrantable en los siglos”. Se hace, pues, claro que la «πέτρα petra piedra» por la
que habló el Señor era la fe en Sus logos divinos y generalmente en Su naturaleza divina.

Los santos Padres en la palabra «πέτρα petra piedra» vieron la confesión de la deidad del Señor, sobre la que se sostuvo la Iglesia, que exactamente por esta razón es inquebrantable e invencible en los siglos (7). (A. Pitsilkas dice: “la verdadera«πέτρα petra piedra» de la fe y la vida, es la fe, creencia en la divina naturaleza del Señor”.

San Cirilo dice: “Creo que con la palabra«πέτρα petra piedra»  debemos entender la fe inquebrantable de los Apóstoles”. 

San Hilario, obispo de Pointié dice: “«πέτρα petra piedra» es también la bendita piedra única de la fe, que fue confesada por la boca de san Pedro; sobre esta piedra de la confesión de fe fue cimentada la Iglesia”.

Como dice san Jerónimo: “El Dios fundó Su Iglesia sobre esta«πέτρα petra piedra» y de esta«πέτρα petra piedra» el Apóstol Πετρος (petros)=Pedro tomó su nombre”.

San Juan el Crisóstomo comenta: “Sobre esta«πέτρα petra piedra» edificaré mi Iglesia, es decir, sobre la fe de la confesión, ¿cuál fue la confesión del Apóstol? « Tú eres Cristo el hijo del Dios viviente» (S. J. Crisóstomo homilía 53)“.

San Ambrosio de Milano, san Basilio de Seluca y los santos Padres del 4º Sínodo Ecuménico de Calcedonia enseñan exactamente lo mismo.

San Agustín el mayor santo de los latinos, escribe: “¿Qué significan las palabras «sobre esta πέτρα petra piedra edificaré mi Iglesia?» Significan que sobre esta fe, sobre estas palabras: “Tú eres el Cristo el hijo de Dios viviente”. “Sobre esta«πέτρα petra piedra» de tu confesión edificaré mi Iglesia. Por lo tanto la«πέτρα petra piedra» era el Cristo”. La opinión de san Agustín sobre este pasaje famoso era también la opinión de toda la Cristiandad en su época.

¿Por qué hemos referido todo esto? Porque desgraciadamente este pasaje sobre la«πέτρα petra piedra» ha sufrido una flagrante mala interpretación de parte de los heréticos papistas y latinos.

Una de las innovaciones, cacodoxías falsedades y herejías del Papismo es también la famosa primacía notoria del poder o jurisdiccional del papa. Según la enseñanza oficial del Papismo, el obispo de Roma tiene el altísimo y universal poder sobre toda la Iglesia, en todo lo ancho y largo de la tierra, supera todos los demás obispos a quienes aprueba, elige, examina y gobierna. Se considera a sí mismo la cabeza de la Iglesia, la piedra angular y el sucesor inmediato del Apóstol Pedro, principal entre los Apóstoles, pero no en honor, sino revestido de poderes supremos sobre la Iglesia. Esto es dogma para el Papismo, lo cual se ha hecho contenido intocable durante el 1º sínodo vaticaneo el año 1870.

Para sostener y justificar la incoherencia, la cacodoxía falsedad y la herejía de la primacía papista, entre otras cosas (donaciones pseudoisidoreas y pseudoconstantineas, de falso Isidoro y falso Constantino), proclaman también el pasaje anterior (Mt 16,18-19) que hemos analizado. Según los papistas, el Señor ha calificado como «πέτρα petra piedra» al Apóstol Πέτρο (petro) Pedro, haciendo con el nombre un juego de palabras, que es la piedra angular de la Iglesia, el que tiene las llaves del cielo y la caja fuerte de la Jaris (gracia). Y puesto que el papa es el sucesor del Apóstol Pedro, por justicia divina, hereda también todo lo de Pedro. El Apóstol Pedro administra y gobierna todo en la Iglesia como un monarca, por lo tanto, como monarca y soberano de la Iglesia es también su sucesor, el papa.

¿Pero dónde se ve y se da a entender que el Apóstol Pedro es la piedra angular de la Iglesia y el único banquero de la Jaris del Espíritu Santo? En ninguna parte. Como hemos dicho, tanto el Señor y el Nuevo Testamento como también el acuerdo de los Santos Padres (consensus partum), dicen que la roca y «πέτρα petra piedra» angular es el Cristo.

La incoherencia y la inexistencia de la perspectiva sobre la primacía del poder del Apóstol Pedro, se demuestra también de los siguientes hechos:

1. En el Sínodo Apostólico, que se reunieron en Jerusalén el año 49 dC, el presidente era Santiago, la opinión de él sobre la circuncisión de los nacionales fue aceptada por todos los Apóstoles. Si Pedro tuviera la primacía del poder sería el presidente del Sínodo Apostólico no Santiago, y los Apóstoles aceptarían la opinión de Pedro y no la de Santiago. Pero no se hizo así.

2. En el episodio del altercado entre los Apóstoles Pedro y Pablo en la cuestión de la circuncisión de los nacionales, finalmente predominó la posición de Pablo, retirándose Pedro. Si el Apóstol Pedro tuviera la primacía del poder, entonces impondría monárquicamente su opinión y se retiraría. Pero no fue así.

3. Durante el Pentecostés, vemos que el Espíritu Santo se sentó en forma de lenguas candentes en la cabeza de cada uno de los Apóstoles por igual y de manera uniforme. En todos los Apóstoles fue repartida la misma lengua. Si Pedro tuviera la primacía del poder, entonces el Espíritu Santo debería sentarse exclusiva y solamente a la cabeza de Pedro sin haber iluminado a los restantes once, o alguna lengua debería ser mayor y desigual que las restantes y sentar a la cabeza de Pedro. Pero no fue así.

4. Cuando el Cristo hablaba a Sus Discípulos sobre Su Pazos-Pasión, su muerte por la Cruz, sepultura y Resurrección, entonces Pedro pensando humana y mundanamente, comenzó a regañar a Cristo y trató de persuadirle y hacerle cambiar de actitud para evitar que el Señor pasara por la amargura de la Cruz y la muerte. Pero entonces, Pedro recibió de nuestro Señor un calificativo muy estricto y duro: «¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres (Mt 16,23).» ¡El mismo Señor llama a Pedro Satanás y escándalo! Si Pedro tuviera la primacía del poder, entonces el Señor no lo calificaría así, sino que debería hacer caso a Pedro para evitar así la muerte por la Cruz. Pero, no se hizo así.

5. Es conocida la triple negación del Apóstol Pedro, pero también su metania (arrepentimiento, introspección y confesión) con lágrimas y su restablecimiento Apostólico por el mismo Señor. Si el Apóstol Pedro tuviera la primacía del poder no haría falta su metania y restablecimiento en su axioma apostólico. Debería permanecer sin metania como Judas, y fuera de Cristo. Pero no fue así.

6. La tradición de la Iglesia testifica que Madre de todas las Iglesias (Ortodoxas) es Sión, Jerusalén y no Roma, a causa de la acción de Jesús Cristo. “Χαίρε (jere) alégrate santa Sión, Madre de las Iglesias” (3º tropario de la gran víspera del Sábado). Si Pedro tuviera la primacía del poder, entonces Madre de todas las Iglesias debería ser Roma. Pero no ocurre así.

La interpretación diferente de estos logos por los papistas se debe en el intento de ellos a justificar intencionadamente la caída de los papas en la cloaca de la vanagloria, la arrogancia, el orgullo demoníaco y el egoísmo luciférico, que es tan grande de manera que sea calificada por san Justino Pópovits como la cuarta caída en la historia, después de las caídas de Satanás, de Adán y de Judas.

En conclusión, las posiciones ortodoxas aceptadas por la Iglesia al respecto son las siguientes:

1. El Jesús Cristo ha dado a los Apóstoles exactamente el mismo poder que dio a san Pedro.

2. Los Apóstoles nunca reconocieron en la persona de san Pedro como observador de Jesús Cristo y como maestro infalible de la Iglesia.

3. San Pedro nunca se consideró como papa y nunca actuó de la manera que actúan los papas.

4. Los Sínodos de los cuatro primeros siglos, reconociendo la posición altísima que tenían los obispos de Roma, daban al obispo de Roma la primicia del honor, pero nunca la primicia del poder, jurisdicción o competencia.

5. Los Santos Padres, en el famoso pasaje: “tú eres Πέτρο (petro) Pedro, y sobre esta «πέτρα petra piedra» (roca) edificaré mi iglesia”, nunca consideraron que encontraban el sentido de que la Iglesia fue edificada sobre Pedro (super Petrum); consideraban que sobre la πέτρα petra piedra (súper petram), es decir, sobre la confesión de fe del Apóstol Pedro.

A pesar de la clara y cristalina esneñanza de la Iglesia Ortodoxa sobre la cuestión de la primacía, por un lado el Papa permanece impenitente, no se arrepiente reclamando poder universal, propone e impone la “unión de las Iglesias” bajo el modelo tipo de la Unía. Es decir, hacerse una “unión tipo unítica (como los unitas), donde cada iglesia mantendrá y no cambiará de tradiciones, usos y costumbres, (sin importar si estas cosas están de acuerdo con la Παράδοση (parádosi) Santa Entrega y Tradición, la Santa Escritura, el Evangelio, los Sínodos Ecuménicos, los Santos Cánones, los santos Padres y sus escritos), sino que reconocerá la primacía del poder del Papa en toda la tierra rememorándole en los oficios y los dípticos y todo dependerá de él. El Papa podrá cambiarlo y transformarlo todo. Sólo dos cosas no puede dejar y separarse de ellas: la primacia y la infalibilidad.

Sin embargo los Ecumenistas Ortodoxos a través del diálogo teológico entre Ortodoxos y Papistas, proyectan el reconocimiento de la primacia papista, intentan hacer una mezcla pura entre la institución sinodal y la primacía papista y hablan de μετασυνοδικότητα (metasinodikótita) tras o meta-sinodal. Más concreto, el metropolita de Pergamo Ziziulas copresidente junto con Kurt de la comisión mixta sobre el diálogo teológico entre ortodoxos y papistas, quien estos días se encuentra en el Vaticano para la fiesta de los Apóstoles Pedro y Pablo, junto con el obispo de Sinope Atenagoras y el archimandrita Pródromo Xenaki, predican la herejía de la eclesiología eucarística. La “eclesiología efjarística” es calificada y presentada como el caballo de Troya, mediante el cual se unirá la mayor parte de los miembros de la Iglesia Ortodoxa con el Vaticano. (La herejía de la eclesiología efjarística está vinculada con la Primacía del Papa). Ziziulas desarrolla la teoría herética de la santidad de la primacía del Papa, que la secularizada Ortodoxia no podía comprender. El mismo había dicho que: «factores secularizados que entonces dominaban la secularizada Ortodoxia, no la permitieron ver la santidad de la primacía” y “la Iglesia tiene necesidad de primacía papista”. También el metropolita de Sinope, Lampriniades, había desarrollado la eclesiología “tras o meta -sinodal” nacida de los latinos. El mismo sostiene que: “La negación de una primacía en la Iglesia Ortodoxa, una primacía que sólo puede encarnar un Primero -por lo tanto un Obispo, quien tiene el privilegio de ser el primero entre los hermanos obispos- consiste en una herejía. Es inadmisible que por costumbre se dice que la unión entre Ortodoxos es asegurada por una fe y culto comunes o por la institución del Sínodo Ecuménico. Ambos factores son impersonales, mientras que en nuestra teología ortodoxa el principio de unidad no es la esencia divina, sino la Persona del Padre, así también al nivel eclesiológico, en la Iglesia local, el punto de unidad no es el sacerdocio o el culto común, sino la persona del Obispo. Por lo tanto a nivel ortodoxo universal, el principio de unidad no puede ser sostenido sobre una idea o institución, sino en una persona, si claro está, queremos permanecer coherentes y consecuente en nuestra teología24. ([24] “No somos más sabios que los santos Padres”, sinaxis (reunión) de Clérigos y Monjes para la refutación de la argumentación del Ecumenismo. En la ciudad de Tríkala 2-12-2011).

El propósito y objetivo es la proyección del anticristo Papa como líder político y religioso, quien a su vez entregará el poder del mundo al Anticristo. ¿A quién seguiremos y con quién iremos? ¿Con el Papa y el Anticristo o con el Cristo y Pedro? ¿Con la bestia o con el Cordero? El resultado final y la victoria pertenece al Cordero Degollado.

Protopresbítero Ánguelos Anguelakópulos

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