sábado, 2 de diciembre de 2017

LA VERDAD



                       Hoy sábado hablaremos sobre la verdad. 
Todo cristiano, yo diría es mas es un mandato, Divino y humano, investigar, estudiar, comprobar lo en el argot vulgar llamamos  escudriñar aun, no siendo historiadores, ni teólogos, hay que ver las diversas fuentes contrastarlas y ver si son ciertas, si se a modificado algo, y que es y en que nos puede influir. Ver lo que es verdad, y la verdad de las cosas. 

DENUNCIAR LA MENTIRA ES UN DEBER, pero no hay que caer en la soberbia creer se que uno esta en la posesión de la verdad ya una cosa es la verdad y otra las diferentes interpretaciones de una misma cosa sin caer en error claro. 

La verdad va de la mano con la libertad  a creer cada uno lo que el cree que se acerca a la verdad y es mejor para el y su familia por eso Nuestra critica esos evangélicos que tratan de convencerte y se enfurian si no sigues sus dogmas y mandatos de su pastor.  

Es un pecado dejarse engañar, te pueden engañar, ya que la mentira es muy astuta y te la pueden colar. Pero hay que tratar de que no te engañe nadie ni tu mismo. Valorar tu fuente de creencias auto examinarse uno mismo y examinar a los demás. 

Así uno solo podrá el mizvot el mandato de DIOS de ver la verdad aprender de ella y que ella te haga libre. Sin importar lo que los demás piensen la verdad debe estar por encima de todo, lejos del engaño y autoengaño placentero. 
Tenemos un problema a la hora de sacar conclusiones relativas a nuestras creencias, a la doctrina que se ha predicado desde siempre en nuestra tierra. Y es que nuestra mentalidad ha crecido y se ha desenvuelto durante toda nuestra existencia en ese engaño.

Nos ocurre como al pobre hombre encerrado de por vida en la caverna de Platón. Cuando se le ofrece la posibilidad de salir a la luz del Sol, hasta es posible que quede deslumbrado y prefiera volver a la caverna.

Es necesario un cambio de paradigma, palabra que no he utilizado apenas en mi vida. Hay que cambiar el escenario. Y eso requiere que cambiemos nuestras meninges, nuestra forma de razonar. Debemos ser conscientes de que hemos sido engañados. Hemos vivido engañados toda nuestra vida.

Y ese engaño no sólo nos afecta a nosotros. Afecta a toda nuestra sociedad. Toda nuestra sociedad occidental está asilvestrada, salvaje, en lo que a educación para la vida se refiere.

Una doctrina que eduque para la vida tiene que cumplir al menos tres objetivos:

1. Tiene que facilitar la Felicidad en este mundo, que quien la sigue avance hacia ella y sea consciente de ello.

2. Tiene que ayudar al humano a evolucionar, a madurar, a crecer internamente, a desarrollar sus facultades más valiosas, a impulsar su sentido crítico, a darle confianza en sí mismo, en vez de hacerle dependiente de otros, en vez de volverlo infantil.

3. Tiene que prepararnos para el salto al Más Allá. Ha de explicar, y permitir confirmar al que la sigue, lo que hay después de la muerte, y no hacer de eso un tabú sobre el que nadie debe ni investigar.

Todo eso lo daba el Conocimiento que surgió en Grecia. Y Lactancio y sus manías nos han privado de ello. Y se necesita eso para convertirnos en humanos plenos, para saber en lugar de creer, para Ser.

Ha faltado la Ética. Ha faltado todo. Ha faltado la enseñanza de la manera correcta de comportarnos en la vida. Y, como consecuencia, han medrado los peores. Porque no han tenido freno, porque quienes se lo debían poner, los guías, eran tan ignorantes y corruptos como ellos. Los supuestos educadores estaban en blanco, eran los que menos sabían, porque eran los sembradores de la ignorancia, los propagadores del vacío conceptual.

No hay comentarios:

Publicar un comentario